Goodwood vivió la carrera más cara de la historia

El circuito de Goodwood, situado en el sur de Inglaterra, es cada cierto tiempo el escenario de carreras irrepetibles y destinadas a entrar en la historia.

De entre los diversos eventos que se celebran en el trazado (cerrado a competiciones oficiales desde mediados de los años 60), el Goowood Revival es posiblemente el más célebre, dado el ambiente retro que inunda el circuito, con decenas de miles de personas ataviadas con trajes y vestidos de épocas pasadas. Y por supuesto, esta ambientación se complementa con unas carreras de clásicos que no se pueden ver en ningún otro lugar del planeta.

Este pasado fin de semana, Goodwood Revival celebraba 20 ediciones y lo ha hecho regalándonos la que ya ha sido definida como la carrera más cara de la historia. Bajo el nombre de Kinrara Trophy, la parrilla estaba formada por más de veinte vehículos, ¡que juntos suman más de 200 millones de libras de valor aproximado!

Tal valor se alcanza al unir una serie de factores, como son la exclusividad de cada vehículo participante, el alto interés existente en las subastas de clásicos y la competición centrada en la época de los coches más apreciados y valiosos de la historia, la de los años 60.

Están autorizados a participar en el Kinrara Trophy (siempre y cuando hayan recibido la invitación del Duque de Richmond, el propietario y organizador de los eventos de Goowdood) los vehículos de Gran Turismo previos al año 1963, con una cilindrada mínima de 3 litros y carrocería cerrada. Con estos requisitos, es lógico que en la línea de salida de la prueba se den cita únicamente coches que han alcanzado el status de iconos del motor, tales como:

  • Ferrari 250 GT SWB 
  • Aston Martin DB4
  • Jaguar E-Type
  • AC Cobra

Pero además, en esta ocasión la expectación era máxima, ya que también fueron de la partida un exquisito Maserati 3500 GT y dos unidades del Ferrari 250 GTO, el vehículo más caro de la historia debido a los precios que está alcanzando en subastas durante los últimos años.

La mezcla perfecta entre los sonidos V8 de los bólidos americanos, los 6 en línea de los E-Type y los inconfundibles V12 de los Ferrari son un espectáculo sin parangón, que evoca en los espectadores la década en que estos modelos se convirtieron en protagonistas de las más prestigiosas carreras de la historia, sin dejar de ser automóviles completamente válidos para su uso habitual.

Durante 60 minutos, disputados durante la caída del sol, los participantes de esta carrera dejaron imágenes de impresionante belleza, pilotando al límite sus bellas máquinas y, en muchos casos, llevándolas al límite de sus posibilidades.

Fueron finalmente la pareja Halusa-Pirro los encargados de que los honores se los llevara un modelo salido de Maranello, en este caso el único y peculiar Ferrari 250 GT “Breadvan”, que superó por un estrecho margen a uno de los múltiples Jaguar E-Type participantes.

 

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