Vivir con el Ferrari de tus sueños en el salón

Acostumbrados a descubrir grandes colecciones de automóviles, ocultos en garajes como si de intocables piezas de museo se tratara, no nos podíamos resistir a conocer la historia del que, posiblemente, sea el propietario del garaje más apasionante que hayamos visto jamás. Hablamos del arquitecto Holger Schubert, quien aplicó todos sus conocimientos sobre el diseño minimalista para dar lugar a un espacio luminoso y limpio en el que conviven sus tareas diarias junto a su automóvil favorito: un precioso Ferrari 512 BBi.

Cuando, hace unos años, Holger creó su nuevo garaje-estudio en las afueras de la ciudad de Los Ángeles, pensó ir un paso más allá de la clásica concepción del garaje y decidió que el edificio se iba a construir alrededor de su 512 BBi, el admirado Berlinetta Boxer fabricado por Ferrrari en los años 80 y que montaba el célebre propulsor flat-12.

De esta manera, se creó un espacio en forma de gran vitrina acristalada, en que el coche tiene un protagonismo absoluto, subido en un pedestal y con la iluminación centrada en él.

“Mi filosofía sobre arquitectura y diseño se basa en ser tan minimalista como se pueda, y en el caso de querer mostrar un vehículo, todo lo arquitectónico debe quedar en un segundo plano y ser casi invisible, poniendo el foco (literalmente) sobre el coche”, comenta el orgulloso propietario de este garaje, cuyo coste de construcción alcanzó los 1.5 millones de dólares.

En realidad, esta decisión es a todas luces acertada cuando se descubren las imágenes del garaje. En él no hay distracción ninguna, haciendo del espacio únicamente eso, el lugar, mientras que el coche es el que recibe toda la atención. Exactamente como si de una obra de arte se tratara.

Más detalles fascinantes de la casa de este reconocido arquitecto incluyen un puente colgante de 5 metros para acceder al garaje, una rampa que inclina el coche para ayudarlo en su maniobra de salida sin necesidad de arrancar el motor, y por supuesto, las mejores vistas que un coche haya tenido nunca sobre el Océano Pacífico.

Este espacio, al que llamamos garaje, es en realidad un salón dividido en dos partes: el espacio de trabajo, con un ordenador, una mesa de escritorio, un sofá y material donde realiza parte de su trabajo, y la zona vacía de cualquier otro elemento, en la que se sitúa el impecable cavallino rampante. Al parecer, no hay lugar mejor para trabajar e inspirarte, que estando cerca de tu automóvil favorito.

De hecho, Holger explica que este espacio se ha diseñado no como un lugar estático, si no para disfrutar de todo el proceso que incluye al coche: abrir las puertas de acceso, engranar la marcha atrás y salir del parking haciendo marcha atrás, viendo reflejado el vehículo desde cada ángulo, justo antes de pisar el pedal a fondo y disfrutar de sus sensaciones.

En este sentido, parece curioso que un arquitecto de fama internacional se decida por un único coche, y que este sea un “modesto” deportivo de los años 80, teniendo en cuenta los increíbles diseños que Ferrari ha desarrollado a lo largo de su historia. Pero la elección es mucho más razonada de lo que podríamos creer.

Así, Holger Schubert destaca del 512 BBi que “es un coche inspirador. Es sensacional la forma de sus faros retráctiles, los grandes intermitentes delanteros, y los pequeños detalles que fueron añadidos en su último restyling. Para mí, es como un Gran Turismo, acelera y se comporta bien, y es suficientemente cómodo para usarlo a diario”.

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Imágenes: petrolicious.com, openbuildings.com, jalopnik.com, pinterest.com, loftenberg.com, popschau.wordpress.com

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