Entrevista a José Luis Pesado, Director de Autolica

Confiesa admirar la capacidad de empatía y el talento de los comerciales, pero también sentirse mucho más a gusto en la gestión financiera. José Luis Pesado, máximo responsable de Autolica, es consciente de la responsabilidad que conlleva su cargo, aunque la vive con total naturalidad.

En cierto modo, Autolica es el buque insignia de la flota Quadis. ¿Estar al frente te comporta una responsabilidad especial? ¿Es una presión añadida a la ya de por sí complicada gestión del negocio?

Soy consciente de que, efectivamente, Autolica es muy especial para el grupo y de que hay algo más. Lo tengo muy presente, pero no lo vivo con esa responsabilidad añadida de la que hablas... simplemente porque para mí la responsabilidad es siempre máxima, con Autolica o sin Autolica. Hay incluso algo generacional en ello, porque a los de nuestra generación nos educaron en la responsabilidad en el trabajo.

¿Cuándo inició la andadura profesional en Quadis?

Hace algo más de 25 años. Creo que fui el primer profesional al que la casa fue a buscar al mercado. El grupo ya había crecido mucho y no había suficiente con la promoción interna para cubrir todos los cargos directivos que se necesitaban, así que se fijaron en mí. En aquella época trabajaba en el sector de la electrónica de consumo. Desde entonces he estado al frente de siete proyectos diferentes y no puedo estar más agradecido y orgulloso de la confianza que Quadis ha depositado en mí. Comencé con Land Rover-Rover, después arranqué Fórmula Q, desembarcamos a KIA...  y así hasta llegar a Autolica, que es un poco la guinda del pastel de esta trayectoria tan extensa.

No está mal para alguien que bromea con que jamás ha vendido un coche…

¡Es verdad, nunca! Me encanta ver a los comerciales hacer su trabajo y, a menudo, pienso que si volviera a nacer en este sector me gustaría ser comercial y enfocarme más hacia ese campo. Admiro el ingenio, el talento y la inteligencia emocional que tienen los vendedores, su capacidad de empatizar con el cliente y la alegría que sienten al cerrar una operación y saber que el comprador se marcha contento y bien tratado. Pero lo mío es la gestión de negocio. Es el terreno en el que estoy más cómodo. No es tan agradecida, pero quiero pensar que también ayudo a que se vendan coches.

Tras haber pasado por tantas marcas, ¿hay alguna especial? ¿Todas se gestionan igual?

Voy a ser muy sincero: no la hay, porque suelo poner las marcas en segundo plano. A la hora de gestionar es conveniente hacerlo y tratar igual a KIA que a Mercedes. En primer lugar, porque los números han de salir igual en un negocio que en otro y, en segundo lugar, por respeto a los profesionales y a los clientes que ponen su confianza en el grupo a través de una marca u otra. Ahora bien, no tengo tampoco ningún reparo en afirmar –y creo que soy objetivo, porque no llevo toda la vida en la marca– que en Mercedes se hacen muy, muy bien, las cosas y que para mí es la mejor marca del mundo.

Llevo ya algunos años escribiendo esta sección y toda la gente que he entrevistado confiesa un vínculo que trasciende la mera relación laboral. ¿Cuál es el factor diferencial de Quadis como empresa?

Que sea una empresa familiar de tercera generación ya deja claro que ahí detrás hay algo, un poso, un valor excepcional. Sin duda, el trato humano; aquí se trata bien a la gente. Por supuesto, se exige también mucho porque evidentemente los números han de salir y solo con cariño no se pagan nóminas, pero nunca se olvida este componente humano. Y, además, es algo que no necesitas que te digan cuando entras a trabajar en el grupo. Te das cuenta enseguida de ello y lo haces tuyo de una manera natural. En mi opinión, esa es la clave.

El sector lleva tres gravísimas crisis prácticamente seguidas: la económica, la de la Covid-19 y ahora la de los semiconductores. ¿Cuál de ellas ha sido la más difícil de gestionar?

Son crisis diferentes. A una crisis económica, aunque sea muy doloroso tomar decisiones, puedes más o menos enfrentarte a través de unas soluciones conocidas de ajustes, capitalizaciones...  La crisis de la Covid fue algo muy bestia, porque se trataba de una cuestión de miedo, pero al final todos estábamos igual, a todos nos tocó cerrar en 24 horas y quedarnos en casa. Así que probablemente te sorprenda si te digo que esta, la de la falta de chips, está siendo la más grave, porque nos está dejando sin coches... Y si te quedas sin coches, ahí sí que no hay nada que podamos hacer.

¿Y cómo se está llevando esta encrucijada desde Autolica?

Con preocupación y mucho trabajo. Es verdad que hemos estado un poco mejor que otras marcas, porque las divisiones grandes siempre andamos con stocks un poco por encima del nivel óptimo tanto en seminuevo como en venta nueva, pero la tensión ya se está notando seriamente. La necesidad mueve montañas, así que lo que estamos haciendo de la mano de Marcos Jabalera, el responsable de seminuevo, y del resto del equipo es intentar comprar coches donde se pueda y sacarlos de debajo de las piedras si es necesario.

Esta concesión en la que nos encontramos, ubicada en Plaza Europa, es también la primera en poner en marcha el espacio “Mercedes-Benz Classic Partner”, lo cual la convierte casi en un pequeño museo...

Esta idea la arrancó mi antecesor, Enric Valletbó, y yo he tenido el privilegio de tomar el relevo. Como dices es un museo pequeño, pero muy valioso. Lo que tenemos aquí son tres joyas. Sin ir más lejos, el precio de dos de ellas se acerca al millón y medio de euros. Únicamente hay dos unidades en el mundo de 300 SL Roadster y una está aquí. Mercedes siempre se guarda una pequeña parte de toda la producción con fines históricos, y ese es precisamente el origen de estas piezas. De hecho, es la primera vez que Mercedes saca dos coches tan valiosos de su entorno para mandarlos a España. La marca es muy exigente a la hora de tratar con sus clásicos; exige instalaciones especializadas para estos modelos y solamente pueden ser tocados por profesionales muy concretos con la formación necesaria. Es un gran orgullo que Autolica haya sido elegida como primer “Classic Partner” en España, pero más allá de eso es también una nueva rama de negocio.

Texto: Gonzalo de Martorell     Fotos: Claudio Valdés