Cómo evitar las averías comunes en invierno

Según datos del Real Club Automóvil de España, en invierno las averías en los automóviles aumentan hasta un 15% respecto al resto de estaciones del año. Pero, ¿cuáles son las averías más comunes en invierno? Revisamos a continuación las averías y las sencillas y buenas prácticas para evitarlas.

Averías del sistema eléctrico y baterías

En primer lugar, las averías más frecuentes en la temporada invernal son las eléctricas, relacionadas con baterías, calentadores, alternadores y motores de arranque. Con las bajas temperaturas que tenemos en invierno, las baterías tienden a perder cierta capacidad de carga, dependiendo de la edad de la batería. En caso de baterías nuevas o con poca edad, el problema normalmente no suele notarse más allá de un arranque ligeramente más largo cuando damos la llave. En el caso de baterías con cierta edad, sobre los 4-5 años, en invierno es cuando mueren del todo, pues si ya estaban "gastadas" el frío las acaba de rematar, perdiendo la poca capacidad de carga que aún mantenían. Esto, sumado a mayor consumo eléctrico del vehículo (luces, antinieblas, limpias, calefacción, calentadores, etc.) hace que las baterías sean las más débiles en invierno.

Los vehículos Diesel y los calentadores

Por otro lado, tenemos los calentadores en los vehículos Diesel de inyección indirecta. Los calentadores o bujías de precalentamiento se activan unos segundos para calentar el combustible y facilitar el arranque en frío. En invierno, el tiempo de calentamiento aumenta tranquilamente hasta el doble o el triple, hecho que reduce drásticamente la vida útil de los calentadores y si estos ya estaban usados con frecuencia, lo más normal será que entre los meses de Noviembre y Marzo se acaben muriendo del todo. 

Importancia de los alternadores y sus escobillas

También tenemos problemas en los alternadores. El alternador es el encargado de cargar la batería durante el funcionamiento del motor. Como decíamos, las baterías son las que más sufren en cuestión de descarga por frío, motivo por el cual los alternadores deben trabajar más y con más frecuencia que en temporadas de buen tiempo. Este hecho provoca que los diodos reguladores del alternador se puedan fundir, con lo que el alternador será incapaz de transformar la corriente alterna a continua, impidiendo la carga de la batería. Hay que tener en cuenta también las escobillas del alternador, en constante fricción con el eje de polos magnéticos. El hecho de funcionar más y más a menudo los alternadores provoca un sobre-desgaste en las escobillas, que si bien no tienen porqué fallar, en caso de estar muy gastadas este factor las acaba de rematar, con lo que el alternador pierde totalmente su capacidad de carga y regulación de la corriente.

Sobreesfuerzo de los motores de arranque 

Los motores de arranque son otros de los grandes sufridores del invierno. Los motores de arranque actúan poco, tan sólo cuando se arranca el vehículo. Pero en invierno hace frío, hecho que provoca la contracción de los materiales y una mayor viscosidad de los lubricantes del motor, por lo que el motor de arranque o demarrétiene que hacer un sobreesfuerzo para conseguir hacer girar el motor térmico con suficiente soltura para provocar el arranque. Además, como los alternadores, las escobillas sufren un extra de desgaste aunque en este caso, por chispeo de los contactos, al tener que realizar un esfuerzo extra para mover el cigueñal.

El sistema de calefacción se debe revisar

También tenemos en cuenta las averías del sistema de calefacción. En invierno es cuando más se usa la calefacción y el ventilador interior, por lo que con este uso extra tienen más números de sufrir averías. Además, como en el resto de año no se suele utilizar la calefacción, las trampillas de mezcla aire caliente/aire frío no se mueven en todo el año salvo en invierno, y entonces es cuando los cables de mando de las trampillas pueden romperse al quedarse estas agarrotadas por poco uso durante el año. 

Elementos expuestos a la meteorología

Las luces y las escobillas limpia parabrisas también suelen caer con más frecuencia en invierno, pues al aumentar su uso en todas las condiciones, también se limita la vida útil de estos elementos.

Asimismo, y aunque no sucede directamente en el invierno, si lo provoca éste. La corrosión de la carrocería por la sal de las carreteras. Al haber heladas y nieve en muchos puntos de la geografía, sumada con la humedad ambiente la sal o la humedad salada se meten por cualquier rincón del vehículo, lo que a largo plazo puede desembocar en corrosión extensa, sobretodo en los bajos del vehículo y en los pasos de rueda o guardabarros. 

Fusibles de repuesto, siempre en la guantera

También es muy frecuente la sustitución de varios fusibles durante la temporada invernal. Aunque no representa un problema grave si resulta muy molesto. El mayor uso del sistema eléctrico del vehículo conlleva a una sobrecarga en las cajas de fusibles y relés del coche, por lo que estos pueden fundirse por exceso de corriente o sobrecarga de temperatura. 

El frío, aliado de los fluidos

Por otro lado tenemos las fugas de fluidos. Las más frecuentes suelen ser las bombas de inyección Diesel, que cuando llega el frío se ponen a perder por alguna de las juntas de la bomba, ya sea en poca o mucha cantidad. El frío contrae los materiales (acero, aluminio, gomas...) y provoca que la estanqueidad de la bomba de inyección se pierda. Si sumamos una mala estanqueidad por contracción más la presión interna de la bomba, tenemos la combinación perfecta para que pierda gasoil en mayor o menor medida.

El hielo y la escarcha pueden dañar cerraduras

También, aunque con menor frecuencia, son habituales las roturas de cerraduras y bombines de llave de las puertas. La humedad se cuela por todos los sitios, y si las temperaturas bajan de cero grados, esta humedad se convierte en escarcha o hielo si se acumula con suficiencia. Esto hace que las cerraduras y bombines se queden agarrotados y nosotros, al forzarlo, lo rompamos. Es preferible esperar un rato o mirar de calentarlo de alguna forma.

Como se puede comprobar, lo cierto es que muchas de estas averías se pueden evitar con un correcto mantenimiento preventivo del vehículo, aunque las condiciones meteorológicas durante el invierno suelen variar bastante.

En cualquier caso, desde QUADIS os recomendamos visitar el taller o servicio oficial más cercano para revisar que todos estos sistemas comentados están en un estado óptimo, realizar la sustitución preventiva si hay indicios de posible avería y, en resumen, poder seguir conduciendo sin apuros el resto de la temporada invernal.