¿Cómo preparo mi coche para el invierno?

Con el otoño se acerca el frío, y aunque en estas semanas las temperaturas cálidas nos sigan acompañando en muchas zonas de la Península, tras la caída de las hojas de los árboles el invierno arreciará como cada año. 

En invierno las temperaturas descienden a los valores más bajos del año, las horas de sol son mínimas y las precipitaciones siguen su curso. Todo este cóctel de condicionantes son suficientes para prestar atención a los vehículos en las temporadas invernales y prepararlos para evitar problemas derivados de esta estación.

En primer lugar, uno de los primeros efectos que el frío produce en los vehículos es la formación de vaho en las lunas. El Aire Acondicionado es aire deshumidificado, eso viene a decir que "absorbe" la humedad. Por este motivo, comprobar la carga del sistema de Aire Acondicionado del vehículo ayudará sobremanera a evitar la condensación en las lunas del vehículo. Recordamos que el Aire Acondicionado puede usarse con la Calefacción, no necesariamente tiene que ser frío, aunque también valdría. Asimismo, en el mercado existen determinadosproductos químicos antivaho, que aplicados en las lunas del vehículo evitan la condensación.

También es recomendable por varios motivos esperar unos pocos minutos entre arrancar el coche y empezar a circular. Por un lado, la mecánica sufre trabajando en temperaturas para las que no está pensada (un motor trabaja a 100ºC aproximadamente), por lo que esperar pacientemente a que el ralentí del vehículo permita un mínimo calentamiento del aceite y de los componentes del motor, prevendrá mayores daños. Especial atención debe prestarse si se trata de un vehículo equipado con Turbo. Asimismo, esperando unos minutos el habitáculo se habrá calentado un poco, por lo que no tendremos que conducir abrigados como esquimales, pues es incómodo y al volante debe conducirse con la mayor soltura y comodidad posible.

Equiparse con un rascador de hielo también es recomendable. Por la noche en numerosos lugares de nuestra geografía, hiela. La escarcha del parabrisas tarda un buen rato en fundirse, y no es recomendable aplicar la calefacción directamente sobre el parabrisas, pues podría partirse por estrés térmico. Por este motivo, con un rascador será posible eliminar la escarcha del parabrisas sin poner éste en riesgo.

En lo que a mecánica se refiere, hay distintos aspectos a tener en cuenta en el vehículo. Por un lado, la visibilidad.Comprobar el correcto funcionamiento del sistema de luces, especial atención a los antiniebla delanteros y traseros, es vital en el invierno. Menos horas de sol implican más nocturnidad. Más nocturnidad y frío implica hielo, nieve y otras circunstancias, por lo que ver bien y ser visto mejor es un aspecto fundamental para la seguridad de los ocupantes y de terceros.

Por otro lado están las escobillas limpiaparabrisas. Si el vehículo está estacionado por la noche en una zona dónde las heladas son frecuentes, o se prevén nevadas, dejarlas levantadas por la noche ayudará en varios aspectos. Si hiela evitará que se queden pegadas al parabrisas y al sacarlas se rompa la goma, mientras que si cae una nevada importante se podrá identificar con relativa facilidad el vehículo, amén de evitar que se queden pegadas a la luna. De la misma forma, el líquido limpiaparabrisas es recomendable que sea anticongelante hasta cierto punto. En el mercado hay líquidos indicados para la temporada invernal.

En cuanto al motor del vehículo, cobra especial importancia el tipo de refrigerante usado. Según las especificaciones del fabricante y la temperatura a la que se prevé el uso del vehículo, habrá que poner un refrigerante-anticongelante de distinta concentración. Los hay al 20%, 30%, 50%... cuanto más alto es el porcentaje de concentración, mayor poder anticongelante tiene el líquido, aunque de todas formas el mejor consejo es hacer caso de las indicaciones dadas por el fabricante en lo relativo al líquido anticongelante.

Por último, el aspecto más importante de cuantos se han descrito son los neumáticos. Hay que insistir en recordar que el neumático es el único elemento en contacto entre el vehículo y el firme de la carretera, por lo que toda atención prestada es poca. Revisar siempre el estado de desgaste de los neumáticos y sustituirlos aunque aparentemente conserven dibujo, en invierno es fundamental. Humedades, escarcha, hielo, nieve blanda... en estos casos es de vital importancia contar con una profundidad de dibujo de al menos 4mm, más del triple del mínimo legal obligatorio. 

Asimismo, hay que revisar la fecha de fabricación de los neumáticos así como el estado del compuesto de goma. Hay que recordar que el caucho de los neumáticos con el tiempo "caduca" y se endurece, perdiendo totalmente la capacidad de agarre en condiciones de frío, agua, humedad, etc. Si los flancos el neumático presentan un cuarteamiento, o agrietamiento, aunque la profundidad de dibujo sea más que suficiente, estos neumáticos no proporcionarán el agarre óptimo ya que el compuesto de la goma no está ni de lejos en condiciones.

Para terminar, si la zona geográfica dónde se reside o se transita es propensa a heladas intensas o nevadas frecuentes, es imperativo el uso de neumáticos de contacto o de invierno. Ocasionalmente pueden usarse las cadenas o fundas de tela, pero si el tránsito a efectuar es diario son mucho más recomendables los neumáticos de invierno. Todos los fabricantes en su gama de neumáticos ofrecen una o varias opciones como neumático de invierno, unas mas indicadas que otras para determinadas situaciones. 

Estos neumáticos de invierno están formados por un compuesto de goma mucho más blando que el normal, por lo que se calienta más rápido. A la vez, su dibujo muy esculpido provoca que al moverse los tacos éstos evacuen la nieve que se apelmaza en el dibujo, ofreciendo siempre los tacos limpios al pisar la nieve, para volverla a escupir por detrás. La suma de la temperatura más el dibujo esculpido garantiza el agarre suficiente para circular sin problemas a velocidades reducidas por firmes cubiertos de nieve o incluso hielo y prescindir de las fundas o cadenas. En cualquier caso, la prudencia al volante y poner los cinco sentidos cuando se circula en estas condiciones, es de vital importancia.

Asimismo, siempre recomendamos efectuar los mantenimientos preventivos marcados por el fabricante del vehículo, a fin de mantener el buen estado de la mecánica y diagnosticar posibles fuentes de averías posteriores.

Con todo esto, ya podremos estar preparados y… ¡dar la bienvenida al frío!