¿Volverían a la combustión los conductores de coches eléctricos?

La penetración de los vehículos eléctricos en Europa sigue avanzando a paso lento pero firme. Con Noruega, Islandia y Países Bajos a la cabeza en porcentaje de nuevas matriculaciones, España es todavía uno de los países donde el proceso de “electrificación” del parque automovilístico tiene mucho camino que recorrer.

Aun así, las tendencias de mercado son optimistas y, de la mano de nuevas ayudas a la industria de la automoción, el país debería estar pronto en la media europea de ventas de coches eléctricos, situada en el 1,7%.

Lo que está muy claro es que la satisfacción de los conductores de los vehículos más eficientes es total. Así, según el reciente informe elaborado por la consultora especializada en empresas tecnológicas All Media Consulting y el proveedor de servicios de movilidad eléctrica Electromaps, un 99% de los conductores habituales de coches eléctricos no volvería a comprar un coche con motor de combustión.

A partir de los datos recogidos en el mismo estudio, el perfil medio del usuario de vehículo eléctrico en España es mayoritariamente masculino, y la franja de edad que predomina se sitúa entre los 35 y los 54 años.

Según la encuesta, existen tres aspectos que son muy valorados por los conductores de vehículos eléctricos y que les harían mantenerse fieles a estos en su próxima compra:

 

La mejora de la capacidad de las baterías

Un 38% de conductores opinan que la capacidad de la batería es la característica más importante del vehículo. La autonomía de los coches eléctricos no deja de ampliarse, especialmente en recorridos urbanos. En la actualidad, los consumos en condiciones de ciudad están por debajo de los 15 kWh/100 km, mientras que en autovía se sitúan en torno a 20 kWh/100 km.

Además, hay que tener en cuenta que el 74% utiliza sus vehículos en rutas interurbanas, por lo que alternan recorridos urbanos con carreteras y vías rápidas.

 

La eliminación del IVA y otras ayudas en la compra de vehículos eléctricos

Un 22% apunta al ahorro económico como lo que más valoran a la hora de decantarse por adquirir un coche eléctrico.

Además de esta ventaja, podemos añadir otros beneficios fiscales, como el descuento que algunos ayuntamientos aplican en el impuesto de circulación, que alcanza el 75% en algunos casos, o la exención del impuesto de matriculación, que se aplica a todos los coches con unas emisiones de 120 gramos de CO2 por km o menos.

 

El aumento del número de puntos de recarga

Para un 18% de los conductores de vehículos eléctricos, el paulatino aumento de los puntos de recarga es fundamental en la toma de la decisión, pese a que ocho de cada diez tiene instalado un punto de recarga en su domicilio.

En estas tomas de corriente domésticas, incluso sin necesidad de recurrir a la tarifa nocturna, es posible recargar el coche por 2,5 euros para una autonomía de 100 Km. Podemos comparar esta cifra con los entre 7 u 8 euros que necesitará un coche diésel moderno que tenga un consumo medio real de 6 litros a los 100 km.

Pese a que la recarga rápida es muy útil para viajar (hasta 250 km en media hora), en el día a día no es necesaria. Lo recomendable es tener en casa un punto de recarga suficiente para cubrir los trayectos habituales, y disponer de un sistema de carga rápida para uso ocasional. Cualquier enchufe puede recargar una batería, y la mayor parte de usuarios solo necesita 3 o 4 kW (16 amperios) de potencia para recuperar en ocho horas la cantidad de km suficiente para el día a día, que en el 66% de los casos oscila entre los 20 y los 100 kilómetros.

 

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