Jordi Dalmau reivindicó su puesto como el diseñador nupcial de alta costura más rompedor de este país con un desfile cuyo atrevimiento nunca antes había sido presenciado por la audiencia de la Pasarela Gaudí. Aunando, una vez más la moda nupcial con el espectáculo.
El show, que contó con la presencia de Helena Rakosnik, empezó con un cuento de hadas que daba paso a un Jordi Dalmau preso por una bruja que quería convertirle en dragón. Aquello presentaba a unas modelos de escultural cuerpo pero con rocambolescas prótesis faciales, gentileza de Cazcarra, y Luciana Sabariz, conformaban una atmosfera mezcla de estilismo y relato fantástico. Obviamente no faltaron los clásicos diseños de Dalmau, con corsés, faldas desmontables y mucho color. Y todo finalizó con la aparición al escenario de un dragón y con una balada de amor compuesta por Mandharu e interpretada por Jordi y su esposa Mónica.
Terminado el desfile, Dalmau ofreció una espectacular fiesta en el concesionario Autolica smart, patrocinador del diseñador, donde no faltó el cava ni los cócteles de Método Barman - Crystal Head, para amenizar la noche al equipo, a sus amigos, y colaboradores. Quedó pues demostrado, un año más, que éste diseñador está revolucionando el mundo de la moda nupcial y la concepción que teníamos hasta ahora de lo que es una pasarela.
Autolica demuestra su clara vinculación con las nuevas tendencias y la moda, siguiendo con la colaboración del diseñador Jordi Dalmau y la concesión.
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