En los últimos años los motores de gasolina han sufrido una importante evolución en su concepción, fabricación y optimización. Se han vuelto extremadamente sofisticados y consiguen consumos propios de mecánicas diésel (de los que ya hablamos en un artículo anterior), por lo que conocer algunos sencillos consejos sobre cómo mantener un motor de gasolina en el mejor estado posible puede permitir ahorrar problemas en el futuro.
Empezando por el combustible, existen dos opciones a elegir, la gasolina de 95 y 98 Octanos. El Octanaje es la relación anti-detonación (explosión incontrolada dentro del cilindro debido a la compresión y temperatura) de la gasolina y, para desmontar el mito, no tiene nada que ver con la potencia específica.
Poner una gasolina u otra no hará que un coche corra más ni tampoco que gaste menos. Pero dependiendo del tipo de motor de gasolina que emplee nuestro vehículo, deberemos repostar un tipo o el otro. Para motores deInyección Directa (tipos FSI, TFSI, HTP, etc.) y de alta compresión, normalmente acompañados de uno (o más) Turbocompresores, el fabricante seguramente recomendará el uso de gasolina de alto octanaje, por lo que hacerle caso a rajatabla evitará problemas de detonación en el interior de los cilindros, pudiendo dañar el motor irremediablemente.
En mecánicas de gasolina más convencionales, el uso de gasolina 95 nos dará el mismo consumo y el mismo rendimiento que la gasolina de 98 Octanos, pero en cambio nos ahorrará unos euros al llenar el depósito.
Al igual que cualquier tipo de mecánica, los motores de gasolina requieren trabajar a su temperatura de uso, por lo que en cualquier caso evitaremos subirlo de vueltas nada más haber arrancado el motor en frío. Al girar la llave de contacto, es recomendable esperar unos minutos a que la mecánica empiece a tener temperatura y el aceite llegue correctamente a todas las partes.
Además de garantizar una óptima lubricación, evitaremos que el exceso de gasolina por el arranque en frío (los sistemas de inyección aumentan la cantidad de gasolina en el arranque en frio) se cuele entre los segmentos de los pistones, pudiéndose mezclar con el aceite y diluir éste, perdiendo las propiedades de lubricación. Este exceso de gasolina en frío también puede dañar el catalizador y provocar fallos en la emisión de gases de escape, pudiendo repercutir en el funcionamiento del motor.
Dado que las sondas de gases determinan lo parámetros de inyección, una sonda que lea mal debido a un catalizador maltrecho, hará funcionar mal el sistema de inyección.
Asimismo, muchos motores modernos de gasolina están equipados con Compresores o Turbocompresores. De la misma forma que los motores TDI o Turbodiésel, tanto en el momento del arranque como en el de parada, hay que dejar el motor al ralentí unos minutos, para permitir al turbo la correcta refrigeración y lubricación si es en el momento de pararlo, y para garantizar la óptima lubricación en frío si se trata del arranque.
Además, en los motores de gasolina al contrario de los motores diesel, tenemos las Bujías, el elemento queprovoca la chispa que enciende la mezcla aire-gasolina en el cilindro. A cada revisión de la mecánica, una revisión exhaustiva del estado de las bujías permitirá determinar el buen funcionamiento del motor o por el contrario, diagnosticar posibles averías por quema de aceite, mala relación de mezcla aire-gasolina, etc. Asimismo, su sustitución periódica es vital para el correcto funcionamiento del motor.
En cuanto a la lubricación se refiere, siempre en cualquier caso hay que ceñirse a las especificaciones marcadas por el fabricante, más si cabe en motores con programas "Long Life" o libres de mantenimiento, así como en motores de última generación. El uso y sustitución el aceite correcto garantizará el óptimo estado del motor.
Vigilar el consumo de aceite, si lo hubiera, determinará posibles averías internas de la misma forma que las puede provocar en otros elementos. El nivel de aceite nunca debe sobrepasarse, ya que podría ser quemado por el motor junto con la gasolina y dañaría irremediablemente el catalizador de gases del vehículo.
Las mecánicas de gasolina van equipadas con un catalizador de gases en el sistema de escape, que mediante reacción química transforma los gases nocivos en gases menos nocivos. No es un elemento susceptible de ser revisado, pues es inaccesible al ir encapsulado, pero tener en cuenta algunos aspectos como los anteriormente comentados garantizará el correcto estado del catalizador.
Un exceso de gasolina en la mezcla (arranque en frío), exceso de aceite o quema del mismo provocarán la fundición del bloque cerámico que constituye el catalizador, derivando en una mala lectura de gases por parte de la sondas y un mal funcionamiento del sistema de alimentación.
Asimismo y aún con el catalizador de gases, hay que evitar golpearlo especialmente en la conducción por vías no asfaltadas o con grandes irregularidades. El bloque cerámico es frágil y está a altísima temperatura, cualquier golpe podría partir dicho bloque y literalmente romper el catalizador. Esto es fácilmente detectable, si escuchamos como piedras que se mueven cuando vamos en el coche, lo más probable es que el bloque cerámico se haya partido. Golpeándolo con la mano con el coche parado y frío, determinaremos a ciencia cierta si está roto o no.
En cualquier caso, una correcta prevención y un mantenimiento meticuloso ahorrarán muchos quebraderos de cabeza en el futuro, a la vez que asegurarán el mejor estado posible de los motores de gasolina. Desde QUADIS os invitamos a conocer nuestra amplia oferta de talleres oficiales de las principales marcas, donde os asegurarán la mejor atención al cliente y las revisiones más exhaustivas, supervisadas por los propios fabricantes de automóviles.
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