Cuando una marca presenta en los salones del automóvil un prototipo destinado a romper esquemas y marcar el futuro de un segmento, muchas son las voces que no se cortan a la hora de afirmar que “siendo un concept-carno pasará de ser un maqueta”.
Y aunque esta premisa se cumple en muchas ocasiones, también debemos otorgar el mérito que merecen a las firmas automovilísticas cuando un diseño futurista y casi de ciencia ficción se acaba convirtiendo en uno de los estandartes de la marca. Y así ocurrió con el Nissan GT-R que tanto sigue dando que hablar.
Así, el superdeportivo con tracción integral de la marca nipona tiene su embrión en un lejano Salón del Automóvil de Tokio del año 2001, cuando de los afilados lápices de los diseñadores de Nissan surgió el curiosoNissan Skyline GT-R Concept, un ejercicio de diseño que poco se pensaban en la marca que se convertiría en el icono de los deportivos turboalimentados del siglo XXI.
A finales de los 90 el Nissan Skyline era, sin lugar a dudas, el deportivo de Nissan más admirado. Pero la firma japonesa se caracteriza por ser siempre inconformista, y aún con la buena fama de sus modelos más rápidos,decidió que era el momento que el Skyline cediera el testigo a un automóvil futurista pero con las capacidades necesarias para convertirse en una realidad.
De las cuadradas formas del Skyline pasamos a las formas redondeadas del GT-R Concept, un vehículo que tenía mucho, muchísimo en común con su heredero quince años más joven… ¿verdad?
Cada volumen de este prototipo, cada elemento de la carrocería marcaría las bases para un futuro Nissan GT-R que no iniciaría su comercialización hasta el año 2007. De hecho, detalles como los faros traseros o las llantas se han mantenido intactos desde aquel visionario diseño.
Incluso observando el frontal de este Concept Car nos recorre una sensación extraña, pues estamos viendo un coche cuyos cambios con el GT-R de producción son mínimos, aún separándoles una década.
Cuando el prototipo fue presentado lo hizo luciendo este espectacular traje de aluminio en color plateado, pero en su interior aún no se escondía el archiconocido motor V6 ni la transmisión de doble embrague. De hecho, se trataba de un ejercicio de diseño sin datos de potencia, aceleración o par motor. Su único destino tras su presentación fue aparecer en el videojuego Gran Turismo 4 para PlayStation 2.
Donde sí ha habido diferencias ha sido con el habitáculo interior del modelo. Y si bien es cierto que los conductores del Nissan GT-R aprecian mucho el confort que ofrece, nada puede igualarse a aquel futurista diseño que preveían los diseñadores de la marca pero que finalmente ha seguido otros derroteros.
Debemos recordar que el Nissan GT-R 2017 acaba de recibir el mayor lavado de cara de su historia, adaptándose así a un diseño más agresivo para mantenerse a la vanguardia de los deportivos capaces de plantar cara a los clásicos bólidos alemanes… ¡aún costando la mitad de precio que estos!
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