Solemos decir que los sueños están para cumplirlos, y esta es la máxima sobre la que reside el rally Pekín-París, la mayor aventura automovilística del mundo. Un evento celebrado cada tres años y que a lo largo de 36 intensos días y 13.695 kilómetros conduce a los participantes desde la Gran Muralla China hasta los Campos Elíseos de París cruzando los desiertos de Mongolia, las inmensas estepas rusas, Europa central y los Alpes.
Por si esta feroz aventura podría sonar sencilla, tal vez vuestra idea cambie al saber que las etapas se alargan hasta los 700 kilómetros al día por caminos y campo a través, y que los participantes son… ¡coches clásicos!
El pasado 17 de julio París fue escenario de la llegada del 6º Pekín-Paris, una edición que ha contado con 107 participantes llegados de todas las partes del mundo y que han tenido que sortear todo tipo de imprevistos, tales como graves accidentes de tráfico, vuelcos de muchos participantes y noches sin dormir para completar las rutas a tiempo.
En este artículo nos gustaría descubrir más sobre la experiencia del equipo italiano Scuderia del Portello, club oficial Alfa Romeo de vehículos históricos, que ha participado en este magnífico evento poniendo en competición dos vehículos: un Alfa Romeo Giulia 1300 Ti de 1969 y un Alfa Romeo Giulia 1.3 Super de 1973.
Estos dos preciosos vehículos pertenecen a la saga de berlinas de la marca milanesa denominadas Giulia, unosautomóviles extremadamente fiables y eficaces en todas las condiciones preparados mínimamente para la ocasión con cubre cárter, neumáticos de tacos, barras antivuelco, paragolpes y muy poco más.
El Giulia sintetiza en un modelo el paradigma que siempre ha buscado la marca Alfa Romeo: belleza funcional, perfecta distribución de pesos, tracción trasera y buen rendimiento dinámico.
Con un mínimo de 10 horas al día al volante, ambos Alfa Romeo han tenido que superar innumerables imprevistos hasta poder llegar a la meta de París. En un ya lejano 12 de junio los automóviles partían de la capital china en dirección a la frontera con Mongolia, país en el que realmente empezaría la aventura, teniendo que pasar noches en el desierto y lidiando con unos caminos muchas veces impracticables.
Tras una semana en el país asiático a través del Desierto de Gobi la ruta les llevó hacia Rusia, donde se vivieron las etapas más largas por pistas de tierra, ríos secos y otros elementos naturales que sólo el gran país ex soviético puede proporcionar.
Ya en territorio europeo el rally ha transcurrido por Bielorrusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Italia, Suiza y finalmente Francia, pero en estas últimas etapas las dificultades han continuado, teniendo todos los participantes que realizar recorridos por circuitos de velocidad y carreteras de tierra para cruzar los Alpes. Ha sido en este terreno donde los Alfa Romeo se han demostrado intratables gracias a la perfecta maniobrabilidad que ofrece la tracción trasera combinada con una potencia suficiente para acometer todo tipo de superficies.
Finalmente, ambos Giulia pudieron cruzar la meta del rally Pekín-París llevándose además la merecida medalla de oro al haber completado todos los días de la competición y cerrar el rally dentro del periodo de tiempo permitido. ¡Todo un éxito para las pequeñas berlinas italianas!
A su paso por Europa los bólidos italianos han tenido un ilustre compañero de viaje, el nuevo Alfa Romeo Giulia. La nueva berlina, heredera de esta magnífica generación de vehículos que se remonta a cinco décadas atrás, es un automóvil espectacular que ya se puede descubrir en los concesionarios oficiales.
Si 14.000 kilómetros atravesando 11 países a lo largo de 36 días de competición no han sido suficientes para poner en problemas a los clásicos automóviles italianos… ¿de qué será capaz su sucesor? ¡Eternamente Giulia!
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