Ya no es ciencia ficción. El nivel 3 de conducción autónoma es una realidad y en la actualidad ya existen varios coches que permiten al conductor retirar las manos del volante y los pies de los pedales mientras el coche circula por sus propios medios. Esto supone un verdadero salto en la conducción automatizada, pues los sistemas avanzados de asistencia a la conducción toman el control del vehículo, y el conductor solo tiene que estar alerta para intervenir si el sistema se lo solicita ante una situación de riesgo.
Sin embargo, esta tecnología solo ha sido aprobada por las autoridades competentes de algunos países. De momento su uso únicamente está permitido en entornos muy determinados de Alemania, Japón, Estados Unidos y China. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) alerta de que hasta el 23% de los modelos que se encuentran a la venta en España ya están preparados para funcionar con un nivel 3 de conducción autónoma, pero tienen que mantenerla desactivada porque la Ley de Tráfico española todavía no lo permite.
Honda y Mercedes-Benz, marcas pioneras de la conducción autónoma
El Honda Legend es desde el año 2021 el primer automóvil de producción de la historia que incluye en su equipamiento un nivel 3 de conducción autónoma. Esta tecnología se llama Traffic Jam Pilot y las autoridades japonesas han aprobado su uso en determinados entornos y a velocidades de hasta 50 km/h.
En ese mismo año 2021 llegaron al mercado germano los nuevos Mercedes-Benz Clase S y EQS, ambos con tecnologías de conducción autónoma de nivel 3 autorizadas por la Autoridad Federal de Transporte Motorizado de Alemania. Más recientemente, en enero de 2023, el estado de Nevada también ha autorizado su uso en determinados tipos de vías y a velocidades de hasta 60 km/h.
El parabrisas es un elemento clave de la conducción autónoma
Los sistemas de asistencia avanzada a la conducción en general y las tecnologías de conducción autónoma de nivel 3 en particular requieren de un gran número de sensores y cámaras que analizan el entorno de manera continua. Muchos de ellos se alojan en el parabrisas.
Por este motivo, cualquier sustitución de la luna debe ser realizada por especialistas cualificados para realizar el desmontaje, montaje y calibrado de las cámaras y sensores, que son dispositivos que deben funcionar siempre con la máxima precisión para garantizar la seguridad. Si no se realiza un buen reconocimiento del entorno pueden fallar el cálculo de las distancias y todas las predicciones y decisiones que toma el sistema de conducción autónoma continuamente.
En la conducción autónoma los datos recogidos por las cámaras y sensores se unen a los del radar, el sistema de navegación por satélite y los múltiples sensores Lidar que se ubican en el frontal y la zaga del coche. El resultado es una imagen de 360º de todo el entorno alrededor del vehículo.