El Volkswagen Golf Bimotor que quiso ganar a los Gr.B

Durante esta semana Volkswagen es protagonista merecida de la actualidad automovilística. No en vano, el primer coche 100% eléctrico de competición de la marca de Wolfsburgo ha logrado el record absoluto en la subida al Pikes Peak, confirmando los pronósticos con un registro estratosférico de 7 minutos y 57 segundos.

Pero lo que muchos no saben es que esta no era la primera visita del departamento de competición de Volkswagen al Pikes Peak, un evento de primer nivel mundial celebrado anualmente en las montañas de Colorado. En el año 1987, posiblemente la edición más recordada en la historia de esta prueba, la marca alemana fue de la partida con un Volkswagen Golf MKII de dos motores y dos turbos, para una potencia superior a los 600 CV.

El Volkswagen Golf Twin-Engine contaba con sendos motores 1.8 16v enfrentados, cada uno de ellos sobrealimentado mediante un turbo KKK capaz de soplar a 1.6 bar. Sin duda, su aspecto exterior, relativamente de serie, daba pocas pistas de que en la zaga del coche se escondía un bloque motor idéntico al frontal.

Los datos del que muy posiblemente sea el Golf más espectacular jamás desarrollado por Volkswagen eran los siguientes:

  • Peso: 1.050 kg aprox.
  • Tracción: a elegir entre delantera o total
  • Potencia: 652 CV
  • Aceleración 0-100 km/h: 3,4 segundos

El alemán Jochi Kleint fue el elegido para pilotar un vehículo que se acompañaba de una selectora de cambios secuencial Hewland (que activaba las dos cajas de cambios, una por motor), y cuyo máximo reto era el de la perfecta sincronización entre ambos motores para una entrega de potencia relativamente controlada y estable.

Con semejante apuesta, Volkswagen se desplazó a Colorado para participar en la “Carrera hacia las nubes” en una edición en la que la repercusión mediática se la repartía el tremendo duelo entre Audi y Peugeot:

  • La marca alemana se presentó en la cita con el todopoderoso Audi Quattro Sport S1, vehículo ganador de la prueba en las tres ediciones anteriores
  • La firma del león desplazó nada menos que tres unidades del Peugeot 205 Turbo 16

Todos estos vehículos eran auténticos Grupo B de rallyes sin apenas limitaciones mecánicas ni aerodinámicas, pilotados por los mejores pilotos del momento, tales como Ari Vatanen o Walter Röhrl. Y sería precisamente el alemán quien saldría victorioso, siendo el primer piloto que bajó de los 11 minutos en una época en que la gran parte de la subida se realizaba sobre tierra.

Pero, ¿cómo le fue a Volkswagen? Con mucha menos presión que sus rivales y un coche innovador, los entrenos fueron claramente positivos y Jochi Kleint alcanzó la cuarta posición. Ya en la subida de carrera, el coche se mostró muy rápido y ágil en todo momento, pero lamentablemente un fallo en la suspensión le obligó a retirarse a apenas tres curvas del final, sin poder demostrar cuál habría sido su registro y cómo de cerca se habría quedado de sus teóricos rivales. La marca de Wolfsburgo no regresaría de forma oficial a la carrera hasta treinta y uno años después.

Lo mejor de esta historia es que la participación de Volkswagen en el Pikes Peak de 2018, con su prototipo 100% eléctrico, ha servido de excusa para que tanto el piloto como los ingenieros responsables de aquel irrepetible proyecto se reunieran 30 años después, colaborando con los especialistas de Volkswagen Classic para devolver a un perfecto estado de marcha a una pieza clave en la historia de la marca.

Imágenes: Volkswagen Classic, worldrallyblog.com, driving.ca

 

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