Fred Simeone, la mejor colección de coches clásicos del mundo

A lo largo de las décadas, desde sus inicios como comprador en los años 70, el neurocirujano estadounidense Fred Simeone ha reunido la que es probablemente la mejor colección de deportivos clásicos del mundo. Todo empezó con un Alfa 6c 2500 roadster de 1949, y a lo largo de los años se han ido uniendo a él un Alfa Romeo 2.9, un Bentley 4.5 Supercharged, un Ferrari 375… hoy esa colección privada se ha transformado en un impresionante museo abierto al público que preserva activamente la historia del automovilismo.

 

Tal y como corrieron su última carrera

Lo que hace que la colección Simeone sea tan singular es que su criterio de compra y conservación ha sido siempre único. El doctor Simeone ha primado a lo largo de su vida la autenticidad por encima de la restauración excesiva y artificial. “Si tengo que elegir entre comprar un coche que ganó en Le Mans pero que ha sido modificado con un nuevo motor o un chasis reconstruido, y uno que apenas logró acabar la carrera pero que se encuentra en una buena condición original, no tengo ni que pensarlo”, ha explicado a Veloce Today.

Simeone no restaura el exterior de sus coches, que muestran con orgullo las cicatrices de la competición o los efectos de la sal de Bonneville. En su colección, los bólidos permanecen para siempre con el aspecto con el que acabaron su última carrera. Sin embargo, Simeone sí que pone toda su ilusión en conseguir que puedan volver a ponerse en marcha, destinando muchos esfuerzos a localizar recambios originales dificilísimos de encontrar. Para ello cuenta también con una impresionante biblioteca de manuales, folletos, fichas técnicas e incluso planos originales de los fabricantes que le facilitan la selección de las piezas más adecuadas y le permiten también ayudar a otros coleccionistas en sus proyectos de restauración.

Listos para arrancar

La colección Simeone despierta la admiración de otros aficionados tan ilustres como el presentador Jay Leno, que posee él mismo una colección de unos 105 clásicos: “La colección de Fred es inusual porque la mayor parte de los coches apenas han sido restaurados, y son los coches que realmente ganaron o participaron en las carreras. Ver un Alfa 2.9 es poco habitual, pero tener la oportunidad de ver el auténtico 2.9 que ganó la Mille Miglia de 1938 es increíble”.

El 90% de los coches de la colección están listos para arrancar en cualquier momento. Para mantenerlos en marcha de manera regular, el museo cuenta con una gran pista de asfalto adyacente a su sede en la ciudad de Filadelfia, a unos 130 kilómetros de Nueva York.

La Fundación

El Museo Simeone cuenta con exposiciones permanentes dedicadas a las principales pruebas de automovilismo del mundo: Le Mans, la Mille Miglia, Targa Florio, Nurburgring, Sebring, las pruebas de velocidad punta en Bonneville, las hill climbs británicas, la Nascar…

Algunas de las unidades más emblemáticas de la colección Simeone, que cuenta con 75 coches de carreras históricos, son:

  • El Cunningham C4R que consiguió en 1954 en Le Mans la primera victoria internacional de un fabricante estadounidense.
  • El Mercedes-Benz S-Type Sportwagen que ganó el primer Gran Premio de Alemania en Nurburgring en 1927.
  • El Bugatti 57G Tank” que ganó Le Mans en 1937 y más tarde logró varios récords de velocidad.
  • El Aston Martin DBR1 que ganó la carrera de 1.000 kilómetros de Nurburgring en 1958 y participó en Le Mans en cuatro ocasiones. Lo pilotaron leyendas como Stirling Moss, Jim Clark, Jack Brabham y Carroll Shelby.

La creación de la Fundación Simeone es una manera de asegurar la supervivencia de esta colección y su idiosincrasia en una unidad única en el mundo. Preocupado por la venta de sus coches a múltiples coleccionistas privados de todo el mundo, Simeone ha optado por la creación de una entidad sin ánimo de lucro que mantiene todos sus coches accesibles al público.

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