Historia del Lancia Delta Integrale

Lancia Delta HF Turbo

Si existe algún rasgo característico del que haya hecho gala la marca italiana Lancia a lo largo de su historia, la mayoría de aficionados al motor dirían que Lancia siempre se ha identificado por diseñar coches bonitos. Lo demostró décadas atrás con coches impresionantes y avanzados a su tiempo como el Lancia AureliaFulviaFlaminiaBetaStratos... pocos fabricantes pueden alardear de contar con un listado tan extenso de vehículos míticos.

Lo cierto es que a finales de los años 90 Lancia sufrió un importante descenso de popularidad debido a varios modelos que no lograron atraer al público como se esperaba, y algunas decisiones tomadas desde la dirección parecían no hacer justicia a la historia de la marca. En la actualidad Lancia vuelve a fabricar vehículos de calidad como el Lancia Ypsilonaunque su ámbito de venta se ha reducido bastante para dejar paso a las novedades de Fiat.

Porque sí, hubo una época que los Lancia eran coches que volvían locos a los jóvenes por sus líneas deportivas, motores de gran potencia y, por supuesto, por su participación en competiciones de motor. Y de entre todos ellos, el Lancia Delta Integrale es el coche más recordado de la marca italiana.

El Lancia Delta es un vehículo que la marca ha fabricado en tres generaciones, aunque la que de verdad nos interesa es la primera versión, que va de 1979 a 1993. En 1993 salió al mercado la segunda generación, un modelo que no tenía nada que ver con el original y que no logró los resultados que se esperaba. Por último, desde 2008 hasta 2013 se fabricó la tercera generación del Delta, un turismo de cinco puertas espacioso y noble.

Lancia Delta 2008

Pero el Delta original era todo lo contrario. Diseñado en 1979 por el famoso diseñador Giorgetto Giugiaro, el Lancia Delta tomaba la base del Fiat Ritmo y era un turismo con versiones de tres y cinco puertas que destacaba por una línea deportiva y moderna. 

Fue rápidamente un éxito y en 1980 fue elegido como el Coche del Año en Europa. Para adaptarlo a la moda del momento, la tracción 4x4 que acababa de implantar Audi con la tecnología Quattro, en 1982 se estrenó el prototipo Lancia Delta Turbo 4x4, que se convirtió en el Delta HF 4WD como versión de calle.

Aquel vehículo montaba un motor 2 litros turbo de 165 CV y logró un notable éxito de ventas si consideramos que su precio era de cerca de 3 millones de pesetas. La prensa del momento destacaba su extraordinario comportamiento, así como su mecánica potente y sus prestaciones.

Ya a mediados de los años 80 el Delta era un coche conocido y deseado entre los apasionados del mundo del motor, pero su ascenso a coche de leyenda lo logró a partir de 1987, momento en que salió al mercado el primer Lancia Delta HF Integrale.

Lancia Delta Integrale HF.jpg

Aquel vehículo estaba diseñado exclusivamente para fabricar 9800 unidades, necesarias para homologar la versión de rallyes que iba a participar en el Campeonato del Mundo.

El primer Delta Integrale disponía de un motor turboalimentado 8v de 185 CV y, definitivamente, dejó enamorada a una generación de conductores. Aquel vehículo era un auténtico devorador del asfalto, el más eficaz de su época en carreteras con curvas y también se desenvolvía bien en terrenos sin asfaltar.

En relación a competidores de la época como el Ford Sierra Cosworth o el BMW M3 E30, el HF Integrale resultaba ser el más fácil de conducir y el más eficaz, presentando una estabilidad mucho mejor. Además, el coche lograba grandes victorias en el Mundial de Rallyes que le hacían destacar aún más como un vehículo de éxito.

En 1989 el sucesor fue aún mejor. Se trataba del Lancia Integrale 16 v de 200 CV. Con mejoras en todos los aspectos respecto a su predecesor, este Integrale fue definido como "el vehículo perfecto fuera de las autopistas", siendo uno de los coches de calle que más se ha aproximado al comportamiento de un vehículo de rallyes.

En los años siguientes aparecerían las versiones Delta Integrale Evoluzione I y II de 210 y 215 CV respectivamente, además del Integrale 5, una edición limitada en honor a los 5 campeonatos mundiales logrados por la firma italiana antes de anunciar su retirada de la competición en 1991.

La retirada del Mundial de Rallyes hizo que la marca replantease sus objetivos y decidiera rediseñar por completo el Delta en 1993, que se convertía de la noche a la mañana en una aburrida berlina. Como curiosidad, en 1993 Carlos Sainz pilotó un Delta Integrale en el Mundial de Rallyes, aunque logrando unos resultados muy pobres debido a que ya no contaba con apoyo oficial.

Lancia Delta 1993

Con la llegada al mercado de la segunda generación, el Delta original pasó a ser rápidamente un vehículo de culto que, con los años, ha envejecido como uno de los clásicos más buscados por todos aquellos amantes de la conducción

Por suerte el Integrale fue un vehículo bastante fiable y gran cantidad de las poco más de 40.000 unidades fabricadas siguen en circulación, pudiendo disfrutar de su elegancia en concentraciones de clásicos o rallyes de coches históricos. Y es que a día de hoy el Integrale sigue siendo uno de los pocos vehículos que logran sacar una sonrisa a todos los aficionados al mundo del motor, que mantienen el recuerdo de un deportivo italiano que a finales de los años 80 maravillaba al mundo en pruebas tan míticas como el Rallye Monte-Carlo o el Rally 1000 Lagos en Finlandia.

Lancia Delta Carlos Sainz