Con la necesidad imperiosa de seguir reduciendo la siniestralidad en las carreteras, el Servei Català de Trànsittrabaja estos días en la instalación de nuevos radares de tramo en muchas de las arterias principales de la circulación en Cataluña.
Coincidiendo con la primera semana de la campaña estival de vacaciones, que se alargará hasta el 11 de septiembre y en la que se espera que cada fin de semana salgan del área metropolitana de Barcelona más de medio millón de vehículos, el órgano encargado de la seguridad viaria en Cataluña pone en marcha un dispositivo para añadir a la red de controles de velocidad un total de 10 radares de tramo nuevos.
Cabe destacar que las autoridades tanto nacionales como internacionales siguen indicando que la reducción de la velocidad en carretera es el aspecto primordial en la estrategia para reducir el número de muertos en accidentes de tráfico.
Es en esta estrategia donde las cámaras de velocidad entran en escena. Es muy habitual encontrar radares fijos en carretera, así como controles de velocidad móviles (sea a pie de carretera o mediante helicópteros), pero los radares de tramo son los dispositivos que poco a poco van ganando importancia.
El cinemómetro de tramo es aún bastante desconocido por muchos conductores. Su primera gran diferencia respecto a los radares convencionales es que no funciona como radar, es decir, no emite ninguna señal hacia el vehículo para identificar su velocidad instantánea. En su lugar, este radar mide el tiempo de paso entre el punto A y el punto B.
De esta manera, al inicio y al final del tramo controlado se instalan unas cámaras infrarrojas que cuentan con reconocimiento de matrícula. Al tomar una imagen al principio del tramo y otra al final, y calcular en segundos el tiempo invertido, el radar calcula la velocidad media a la que se ha circulado y procede a enviar la sanción si procede.
También debemos destacar que no importa si se cambia de carril durante el tramo controlado, pues la imagen tomada por las cámaras se procesa de manera única. Además, se suele considerar que los radares de tramo no cuentan con margen de error, por lo que la sanción se puede aplicar en cuanto el tiempo invertido sea inferior al que permitiría la circulación a la velocidad máxima del tramo.
Los 10 nuevos radares de tramo se unirán a los 13 que ya gestiona el Servei Català de Trànsit y se espera que estén todos operativos para el inicio del mes de agosto.
La localización de los 10 nuevos radares de tramo será la siguiente:
BARCELONA
C-16: Sant Cugat del Vallès (Vallès Occidental), en dirección Terrassa y en dirección Barcelona
C-16: Cercs (Berguedà), en dirección Bagà y en dirección Berga
TARRAGONA
AP-7: Tarragona, en dirección Vila-seca y en dirección Altafulla
GIRONA
N-II: Ambos sentidos entre Capmany y Agullana (Alt Empordà)
C-66: Ambos sentidos entre Corçà (Gironès) y Sant Joan de Mollet (Baix Empordà)
Los 13 radares de tramo ya existentes en las carreteras gestionadas por la Generalitat de Catalunya están situados en las siguientes ubicaciones:
BARCELONA
C-58: Entre Sabadell y Badia del Vallès (Vallès Occidental)
C-58cc: Montcada i Reixac (Vallès Occidental), en dirección Barcelona y en dirección Sabadell
TARRAGONA
N-340: Entre Amposta y Sant Carles de la Ràpita (Montsià), en ambos sentidos
AP-7: Entre Ulldecona y Amposta (Montsià)
GIRONA
C-65: Entre Cassà de la Selva y Llagostera (Gironès)
N-II: Girona, en ambos sentidos
N-II: Entre Fornells de la Selva y Quart (Gironès), en ambos sentidos
LLEIDA
N-230: Túnel de Vielha (Vall d’Aran), en ambos sentidos
Actualmente las leyes obligan que instituciones como el Servei Català de Trànsit hagan públicas las ubicaciones tanto de los radares fijos como las posibles ubicaciones de radares móviles. Esto permite que los conductores puedan disponer de dispositivos electrónicos que avisen de la ubicación de radares.
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