6 superberlinas deportivas de los años 90

El segmento de las grandes berlinas es comúnmente asociado al lujo y la comodidad, pero durante los años 90 surgieron unos cuantos fabricantes que, basándose en modelos de alto equipamiento y refinado confort, decidieron ir un paso más allá y ofrecer berlinas con generosas dosis de potencia, motores más próximos a los vehículos deportivos y una dinámica que era la envidia de muchos. Te presentamos nuestros favoritos, a continuación.

 

Audi S8

Basado en la primera generación del Audi A8, la marca de los cuatro aros pensó que sería una buena idea dotar a su buque insignia con un motor V8 de 4,2 litros y 335CV en su primera versión. Posteriormente, y gracias a la adición de nuevas culatas con una válvula de admisión extra, escalaba hasta los 355CV. No era el más potente de la serie 8, pero su cuidada dinámica y estudiada puesta a punto en circuito lo convirtió en toda una superberlina de lujo. Y, como es natural, siempre estuvo asociado a la tracción total quattro de la marca.

 

Mercedes-Benz S70 AMG 

Partiendo de la carrocería W140 de Mercedes-Benz, lo que sería la Clase S del momento, en AMG fueron mucho más allá y transformaron un lujoso coche de ejecutivo en una máquina de devorar circuitos. Sin ir más lejos, se instaló en su interior un motor V12 de 7,0 litros y se adaptaron el chasis, frenos y suspensiones a la nueva potencia, nada más ni nada menos que 496CV. No contentos, más adelante aún rizaron más el rizo cuando se inició la producción del S73 AMG, con idéntica base y preparación de chasis pero con el motor subido a 7,3 litros y la potencia a 525CV.

 

Lotus Carlton

Los responsables del fabricante de deportivos Lotus decidieron equipar con un motor de 6 cilindros en línea de 3,6 litros de cilindrada a su proyecto de berlina ejecutiva. Y por si no hubiera bastante, añadieron un Turbo a la ecuación, para acabar entregando 382CV de potencia directamente a las ruedas traseras. De hecho, la marca británica tuvo que recurrir a la caja de cambios del Chevrolet Corvette para asegurarse que la transmisión aguantaba sin romperse tales cifras de potencia y par motor.

 

Jaguar XJR

La armoniosa, tranquila, plácida y cómoda superberlina inglesa cambió radicalmente su carácter cuando, bajo su capó, los ingenieros de Coventry decidieron montar un motor V8 sobrealimentado por compresor y dotar a su interior con asientos tipo bacquet. El lujoso y potente Jaguar XJR entregaba unos nada desdeñables 370CV de potencia británica al servicio del conductor.

 

Maserati Quattroporte

La cuarta generación del Quattroporte también tuvo una versión muy “picante”. En un principio montaba el motor V6 2.8 Biturbo heredado del Ghibli, ofreciendo 286CV de potencia. Pero posteriormente, se reemplazó la planta motriz por un V8 de 3,2 litros que elevaba notablemente la potencia, alcanzando 336CV escondidos bajo un apasionante diseño italiano.

 

Bentley Arnage Red Label

En unos momentos delicados para decidir el futuro de la mítica marca inglesa, los ingenieros encargados de la producción del Bentley Arnage decidieron equipar un coche de absoluto lujo con prestaciones de infarto. Así pues, crearon este modelo abanderado de la firma británica equipado con un motor V8 de 6,75 litros biturbo. Las cifras de potencia eran espeluznantes, pero más lo eran las cifras de par motor: más de 835 Nm. Por supuesto, hubo que modificar profundamente la transmisión y caja de cambio para que aguantaran tales cifras.

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