Conoce el prototipo más memorable de Pininfarina y Ferrari
La relación entre Pininfarina y Ferrari ha dado como resultado muchos de los coches más admirados en la historia de la automoción: 250, F40, Testarossa… la lista sería larga y cargada de modelos icónicos. Pero además, como buen estudio de diseño, de Pininfarina salieron prototipos alejados de toda preconcepción, algunos de los cuales se acompañan de historias tan apasionantes como el Pininfarina Ferrari 512S Modulo, también conocido como Pininfarina Modulo.
A finales de los años 60, el diseñador Paolo Martin se encontraba trabajando en un proyecto para Rolls-Royce, cuando empezó a dedicar horas de su tiempo libre en desarrollar un prototipo futurista con la aerodinámica trabajada escrupulosamente y multitud de soluciones innovadoras. Y aunque los responsables de Pininfarina no creían en su proyecto, Martin continuó desarrollándolo.
La suerte de aquella idea cambió radicalmente cuando Ferrari se encontró con varios chasis de su exitoso Ferrari 512S de competición sin comercializar. La marca de Maranello debía construir un mínimo de 25 unidades para que su coche pudiera competir en el Mundial de Marcas contra otros iconos como el Porsche 917, así que pudo destinar uno de sus chasis (el nº23) a la idea de Martin.
De esta manera, el prototipo adoptó el nombre de Pininfarina Ferrari 512S Modulo, que gracias a equipar la mecánica del 512S, ofrecía unos datos de rendimiento teórico (no demostrado) espectaculares:
- Motor: 5.0 litros V12
- Potencia: 550 CV
- Aceleración 0-100 km/h: 3.1 segundos
- Velocidad máxima: 354 km/h
El coche causó un tremendo impacto en eventos de tanto renombre como los salones del automóvil de Ginebra o Turín de 1970, gracias a revolucionarios conceptos como el techo deslizante que hace a su vez de puerta de acceso para los dos ocupantes, un capó motor con 24 agujeros, ruedas cubiertas o una altura de únicamente 93 centímetros.
En su interior las innovaciones tampoco se quedaban cortas, como demuestra la incorporación de una imitación de “bola de discoteca” en la que se acumulan muchos controles del vehículo. De manera bastante lógica, el coche acabó en el Museo Pininfarina una vez cerrada su presentación en salones, sin intención alguna de poder verlo rodar o convertirse en modelo de producción.
Pero su historia dio un nuevo giro hace solo cuatro años, cuando el coleccionista y empresario James Glickenhaus consiguió adquirir el modelo, aún equipado con la mecánica original. Debemos recordar que Glickenhaus es un apasionado de Pininfarina y aún más de la firma del Cavallino Rampante, hecho que demuestra que posea (y circule) puntualmente al volante de un rarísimo Ferrari P 3/4, o que se haya diseñado sus propios superdeportivos.
El deseo de Glickenhaus era claro: hacer del Modulo un coche capaz de circular. Y justo hace unos días, casi 50 años después de su concepción, el vehículo realizó sus primeros metros en carretera abierta.
Un equipo de especialistas italianos está siendo el responsable de restaurar paso a paso el Modulo, manteniendo todo el material disponible y fabricando todo aquello que no era funcional en el prototipo. Y el nivel de detalles tal, que incluso la llave ha sido personalizada para que su propietario pueda distinguirla fácilmente. “Como parte de la restauración hemos creado una carcasa para la llave, que es extraíble, y que nos permite localizarla dentro de la caja de llaves de nuestros modelos… ¡algo que se agradece cuando tienes más de 20 coches!”, comenta James Glickenhaus.
Ahora su gran objetivo es poder presentar el Pininfarina Ferrari 512S Modulo en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach (California) que tendrá lugar a finales de verano. El Modulo es, sin ninguna duda, el concept car más memorable de la relación entre Ferrari y Pininfarina, y es una gran noticia que haya pasado a formar parte de una de las colecciones privadas más importantes del mundo.
Imágenes: Scuderia Cameron Glickenhaus, facebook.com, classicdriver.com
