El mítico Maserati Ghibli cumple 55 años

Se acaban de cumplir exactamente 55 años de un momento histórico en la historia del automóvil. Corría el 3 de noviembre de 1966 cuando el icónico Maserati Ghibli se presentó ante el mundo por primera vez en el stand de Ghia del Salón del Automóvil de Turín. El coupé biplaza sorprendió a los amantes de la conducción con una nueva interpretación del concepto gran turismo.

Su personalidad era la de un coche deportivo exclusivo y lujoso, pero sin excesiva ostentación.

El nuevo motor de 4.700 centímetros cúbicos, basado en el reputado 8 cilindros del Maserati Mexico, desarrollaba originalmente una potencia de 330 CV. Más adelante aparecería una versión todavía más potente, de 4.900 cc.

Entre las innovaciones técnicas destacaban el chasis tubular y el cárter seco, una solución importada de la competición que permitía reducir la altura del capó y lograr ese estilo deportivo agresivo pero esbelto que es tan característico de Maserati.

 

Hijo del viento

Inspirándose en la velocidad y la calidez técnica y estilística de su nuevo deportivo, en Maserati decidieron bautizarlo como Ghibli, que es el nombre de un cálido y poderoso viento del norte de África. De esta manera dio comienzo una tradición que persiste en el día de hoy con el nuevo Grecale, avanzadilla de la nueva era que vive la marca del Tridente.

Un diseño innovador que marcó una época

El diseño se puso en manos de Ghia, en cuyo equipo de diseño creativo se incorporaría Giorgetto Giugiaro.

El detalle de diseño más significativo, que marcó el cambio decisivo respecto a los predecesores del Ghibli, fue la integración de los volúmenes.  La carrocería del automóvil y el habitáculo no estaban separados ni superpuestos, sino que estaban unidos como en una sola superficie.

La novedad más llamativa era el frontal, que por primera vez para Maserati incorporaba faros delanteros retráctiles. La parrilla, muy estrecha y con el logo del Tridente en el centro, ocupaba todo el ancho del deportivo.

En la esbelta vista lateral destacaba el capó alargado y bajo, el parabrisas marcadamente inclinado y, en general, unas proporciones perfectas que prescindían de cualquier decoración superflua. El pilar trasero triangular acabaría convirtiéndose en un elemento icónico que reaparecería en otros exitosos modelos de Maserati.

También el interior era muy innovador para su época, con una instrumentación totalmente integrada en el diseño global.

La historia continúa

El Maserati Ghibli llegó al mercado en 1967, y en los años siguientes incorporó sucesivas actualizaciones tanto en el diseño como en la mecánica que lo mantuvieron como uno de los coches preferidos de los amantes del estilo Gran Turismo.

En total, entre 1967 y 1972 Maserati produjo 128 unidades del Ghibli Spyder y más de 1.200 del Ghibli coupé. Como curiosidad más que significativa hay que resaltar que una de ellas fue adquirida por Henry Ford (nieto del fundador de la marca norteamericana), quien lo colocaría en el vestíbulo del Centro de Desarrollo de Productos de Ford en Detroit, como ejemplo a seguir y fuente de inspiración.

Pero la historia del Ghibli no ha terminado. En 2013, Maserati presentó una nueva berlina deportiva que recupera el emblemático nombre de Ghibli, y su historia todavía sigue en pleno siglo XXI.

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