Dos superdeportivos olvidados de Mercedes-Benz
A lo largo de más de un siglo de historia, Mercedes-Benz ha sido responsable de la creación de muchos automóviles que han definido la evolución de esta industria. Y aunque la mayoría de estos diseños se han convertido en iconos de nuestra era, con un poco de esfuerzo también podemos encontrar vehículos que, aunque innovadores, cayeron en el olvido tras su diseño.
En este reportaje ahondamos en la historia de dos prototipos de Mercedes-Benz muy poco conocidos por el gran público, pero muy interesantes por los conceptos que intentaban implantar.
Mercedes-Benz CW 311 (Isdera Imperator 108i)
Los años 80 fueron la gran década de los superdeportivos, con creaciones icónicas firmadas por los principales fabricantes del automóvil. Pero, hasta aquel momento, Mercedes-Benz había hecho pocas incursiones en este campo, centrándose en el diseño de grandes vehículos en los que primaban el lujo, la tecnología y la comodidad.
En pos de intentar cambiar esta dinámica, el ingeniero Eberhard Schulz (que había fundado una pequeña compañía llamada Isdera) desarrolló junto a su equipo un curioso prototipo, que vio la luz en 1978 bajo la denominación Mercedes-Benz CW 311. La idea era crear un deportivo de líneas rompedoras equipado con puertas estilo alas de gaviota, chasis tubular y un curioso retrovisor de periscopio. Pero el concept car no tuvo la aceptación esperada en el seno de la marca de Stuttgart, así que el proyecto fue desestimado.
Aún así, Eberhard Schulz no desistió y, dado que había sido el responsable del proyecto, convenció a Mercedes-Benz para que le dejaran producir una pequeña tirada del CW 311, aunque bajo su propia denominación. Nacía así el Isdera Imperator 108i, un modelo del que durante poco más de una década se llegaron a producir 30 unidades. El Imperator era un coche rápido, al que se equipó el potente motor V8 del Mercedes-Benz Clase S para alcanzar una potencia de 300 CV.
Hoy en día, las pocas unidades de este peculiar modelo siguen en circulación, muchas de ellas luciendo la estrella de Mercedes-Benz, y se han convertido en todo un vehículo de culto.
Mercedes-Benz C112
Saltamos al año 1991 para conocer otro concept car de supedeportivo, aunque en este caso mucho más radical y ya diseñado en una época en la que Mercedes-Benz se había abierto a la creación de vehículos prestacionales y de gran rendimiento.
El Mercedes-Benz C112 nació coincidiendo con el regreso de la marca de la estrella a la competición, que alcanzó su punto culminante en 1990 con la victoria en el Mundial de Resistencia con el prototipo C11, desarrollado junto a Sauber. Así, el C112 era, de algún modo, “un prototipo de Le Mans capaz de circular por carretera”, que montaba un impresionante propulsor V12 de 6 litros y más de 400 CV y ofrecía grandes avances en materia de seguridad activa, derivados directamente de la competición: suspensión activa electromecánica, ABS, control de derrape en aceleración o alerones activos, que se desplegaban o no en función de las necesidades. Todas ellas tecnologías que actualmente podemos encontrar en prácticamente cualquier Mercedes-Benz nuevo.
Este innovador vehículo logró tal impacto que, tras ser presentado en el Salón de Frankfurt de 1991, recibió 700 reservas por parte de los clientes, fascinados por su moderna estética y por detalles como las puertas alas de gaviota. Todos querían poseer aquel coche de carreras de uso diario.
Lamentablemente, Mercedes-Benz decidió mantener esta unidad como una “mula” de pruebas para sistemas de seguridad, y nunca llegó a producción. Aunque su sustituto directo, el Mercedes-Benz CLK GTR, aparecería pocos años después.
